Julio 16, 2020 –

Hillary Martínez es una mujer llena de sueños. Igualmente, cuando mostraba sus habilidades en el fútbol, incluso ante los hombres, le costaba imaginarse en un futuro no tan lejano como una jugadora de baloncesto consagrada y precoz, becada y premiada, profesional y graduada universitaria en el exterior. Todo eso se lo dio el baloncesto, deporte al que llegó por casualidad, para acompañar a su hermano, hasta hacerse camino propio.

“El nombre Hillary lo eligió mi mamá, era por un personaje de una película de la época que yo nací”, explica ella desde Dallas, donde está pasando unas vacaciones junto a familiares en medio de la pandemia. Pero desde hace cuatro años vive en Mayagüez, Puerto Rico, donde está a punto de terminar su carrera en Ingeniería Química. Allí, en tierras boricuas, a esta salvadoreña la conocen como “La Máquina”, apodo que le pusieron sus compañeras, según contó en la entrevista realizada en el programa Team ESA Sports, del Comité Olímpico de El Salvador.

Fanática del Águila y del Real Madrid, a Hillary no le costó dejar el fútbol por el baloncesto. “Mi altura es 1,75, pero para el baloncesto está bien. Yo fui a jugar porque iba mi hermano… Fue muy sacrificado, porque a la par tuve que llevar los estudios, me ayudó mi familia, especialmente mi mamá, que iba de aquí para allá todo el tiempo. Mi hermano juega por hobby ahora, pero siempre está ahí para alentarme”.

“Cuando comencé a entrenar, los profes le decían a mi mamá que me veían potencial. Veían algo… Tuve muchos buenos entrenadores, Roberto Morales, Agenor Quijano, Carlos Villalobos, Quique Samour, Miriam Osegueda y Enrique Mónico, que entrenaba conmigo en forma particular. Yo empecé jugando en el club Survivor, e incluso jugaba contra los hombres”, comentó.

“En los equipos que jugué siempre sobresalía, era la que más anotaciones hacía, era un indicio… Mónico me llevó al equipo de Primera a los 13 años y a los 15 ya estaba en la Selección Nacional. El contacto para ir a Puerto Rico se dio gracias a una jugadora de Guatemala con la que me enfrenté, que me comentó que buscaban a alguien. Ella también jugaba allí”, agregó.

Hillary, nacida en San Marcos, juega para las Las Juanas de Mayagüez, equipo de la Universidad de Puerto Rico. “En la primera parte del año jugamos el torneo de Puerto Rico, de enero a mayo. Pero en noviembre jugamos el NCAA División, donde jugamos contra universidades de Estados Unidos. Precisamente el año pasado fue nominada al Premio “Woman Of The Year 2019” (“Mujer del Año”) de la NCAA.

“Mi sueño es llegar a la WNBA, que es la versión femenina de la NBA. Es cuestión de entrenar fuerte y ver cuando se da una oportunidad. Ojalá pueda vivir del baloncesto, ser profesional”, explicó. “Kobe Bryant es mi jugador favorito, todavía me duele su muerte”, confesó la deportista, que el año pasado fue nominada a atleta del año 2019 para la Espiga Dorada y se llevó el premio mayor en el baloncesto. Entre las mujeres, sus preferidas son Maya Moore, Candance Parker, Aja Wilson y Sabrina Ionescu.

“Todo lo que soy se lo debo a Dios es una frase que me representa. Siempre estoy muy cerca de Dios y eso me ayuda”, dijo. También habló de su participación en Juegos Centroamericanos, Centroamericanos y del Caribe y también Bolivarianos: “Fue una experiencia muy bonita. Siento mucho orgullo de representar a El Salvador, cuando suena el himno salvadoreño se te paran los pelos”.

Agradecimientos a nuestros patrocinadores Farmacias San Nicolás, Laboratorios Suizos, AVES, SISA y el Café de Don Pedro.

Juntos por el sueño