•  Team ESA Lima 2019

Kyle Johnson y un reencuentro muy especial

Agosto 2, 2019-

“¡Vaaaaaamos, Kyle!!! El grito, insistente y con acento peruano, bajaba desde la pequeña tribuna del court 3 del Club Lawn Tennis limeño y tenía un claro destinatario: Kyle Johnson, tenista nacido en Estados Unidos, de madre salvadoreña, que representa a El Salvador en los Panamericanos Lima 2019. Después del partido, el hombre, tan emocionado como Kyle, se estrechó en un abrazo interminable con nuestro deportista.

El ferviente fan de Kyle en Lima no era otro que Larry Delgado, un peruano dueño de una agencia de turismo que en 1998 viajó a Charlotte, Estados Unidos, para aprender inglés. Larry, que en aquel entonces tenía 26 años, aterrizó en el Norte sin muchos recursos y recibió asilo en la casa de Kyle. “No tenía dónde dormir, así que nosotros lo alojamos y vivió con mi familia. Yo tenía cinco años y él me cuidaba”, explicó Kyle. No se veían desde hace casi 20 años, por eso se pusieron al día mientras vieron tenis en el court central.

“Me encargaba de Kyle, que era un niño de cinco años. Jugaba con él, le ayudaba con la cena. Fueron siete meses maravillosos. Lo vi por última vez en marzo del año 2000. Perdimos el contacto, pero lo encontré en Facebook. Y ya eran 19 años sin vernos”, explica emocionado Larry.

“Hacía casi 20 años que no nos veíamos, yo era muy chico, últimamente estábamos en contacto por las redes. Y cuando me dijeron que iba a viajar a Lima para los Panamericanos supe que lo iba a volver a ver. Fue una alegría muy grande”, reconoce un conmovido Kyle en un perfecto español.

Lisette Hasbun Bloch, la mamá de Kyle, confirma la historia. “Le abrimos a Larry las puertas de mi casa para que se hospedara con nosotros y tuviera una familia que le diera soporte, moral y ayuda. Tenía 26 años y muchas ilusiones de aprender el idioma inglés y así ayudar a su familia en el negocio de turismo. Su enfoque era poder llevar la compañía familiar a un nivel internacional. Nos ayudamos mutuamente por años y él fue un gran mentor para mi hijo Kyle. Lo queremos como un hermano y su familia es como la nuestra”, explica Lisette, quien se graduó de la Escuela Americana antes de irse a estudiar al Queens College, en Charlotte, Carolina del Norte.

Su madre confiesa que dejó El Salvador en 1984, preocupada por los tiempos de guerra, pero también para poder estudiar afuera: “Desde que Kyle era pequeño viajamos a El Salvador dos o tres meses al año para integrarlo a la cultura salvadoreña y así creció en ambos países. Aprendió a jugar tenis en el Club Árabe Salvadoreño con Nelson Salazar y en el Polideportivo”.

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