Mayo 14, 2020-

Una lesión en la rodilla le resolvió el problema. Diego Orantes tenía unos 15 años y su mundo se debatía entre el fútbol y el tenis de mesa. Era justo el tiempo en el que debía definirse por uno de los dos deportes, y ese golpe terminó siendo determinante para que escogiera éste último. Diego es un salvadoreño muy particular, ya que nació en la ciudad de Lund, Suecia, y vive en Arlöv, ambas cercanas a Malmö, la ciudad más importante de la zona sudoeste del país escandinavo.

“Mis padres son salvadoreños y yo tengo doble nacionalidad. Ellos vinieron aquí durante el conflicto armado, hace 30 años”, confesó Diego desde Suecia durante el programa Team ESA Sports. Hoy ya tiene 18 años y las cosas más claras.

“Comencé a jugar fútbol a 6 o 7 años. Como a las 14 me decidí probar tenis de mesa y vi que no solo me gustaba sino que también tenía potencial. Eso y la lesión hicieron decidirme por ese deporte. Además, contacté a Carlos Esnard, de la Federación de Tenis de Mesa (FESALTEME y ahí fui a El Salvador”, explicó.

Con apenas 16 años ya formaba parte del equipo mayor de El Salvador: “Tengo dos recuerdos muy bonitos. Uno fue el debut en la mayor, en un Panamericano en Colombia, y la medalla de bronce que ganamos por equipos en los Centroamericanos Managua 2017”.

Si bien en Suecia no hay cuarentena y se han enfrentado a la pandemia con muy pocas restricciones, los entrenamientos han sufrido algunas modificaciones. “Estamos paralizados en todo aspecto. Se entrena, pero con límites. No es lo mismo, porque uno anda con miedo”, aclara Orantes, quien tiene varios entrenadores, uno en su club Arlövs Ik y otro en el colegio, además de su hermano Junior -este sí nacido en El Salvador-, que a pesar de vivir en otra ciudad sueca le transmite sus conocimientos.

Diego fue campeón nacional juvenil en dobles y recientemente estuvo en Serbia en un torneo del circuito juvenil. Pero tiene claro que no es fácil destacar en Suecia, ya que “es una potencia, aquí el tenis de mesa es muy grande, fue el primer país que le ganó a China…”

Zurdo y atrevido, Diego no deja de ilusionarse: “Mi primer sueño es llegar a los Juegos Olímpicos. Es un sueño, pero estoy trabajando para eso. Si sigo compitiendo internacionalmente puedo ser un profesional y así llegar eso. Sé que es un camino muy largo, pero no lo veo imposible”.

También, en el cierre de la entrevista, Orantes habló de los valores y el legado del deporte en su corta vida: “El tenis de mesa me dio casi todo. Otra visión de la vida, sobretodo en los viajes. Aprendí de mis compañeros, hice amistades, contactos, conseguí experiencia”.

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Juntos por el sueño