Un abanico de sensaciones deja El Salvador en su debut en el Preolímpico de Guadalajara, donde fue derrotado 0-2 por Canadá. Desazón, obvio, por el resultado. Ilusión, también, porque a pesar de todo se vio un equipo aguerrido y decidido que puso en aprietos al rival, y solo la falta de contundencia -el mal de siempre- hizo que eso no se reflejase en el marcador. “Perdimos el juego en cinco minutos”, dijo el seleccionador Hugo Pérez al terminar el partido. No exageraba: fue entre los 17’ y los 21’, cuando llegaron los dos goles de Tajon Buchanan, el delantero del New England Revolution que “revolucionó” la defensa con su profundidad y pegada. Pérez se plantó ante Canadá con la defensa con que trabaja habitualmente: Mario González en la portería, Ronald Rodríguez y Rómulo Villalobos como centrales, Kevin Menjívar y Alexis Renderos como laterales. En el mediocampo dividió la responsabilidad de marca entre Melvin Cartagena y Marcelo Díaz y entregó las bandas a Joshua Pérez y Ezequiel Rivas. Como mediapunta Enrico Dueñas, tratando de enlazar con Marvin Márquez, encargado de recibir y aguantar todo el juego ofensivo. Si había expectativa por ver a Dueñas, que viene del Vitesse nerlandés, estas fueron ampliamente correspondidas. El muchacho de 20 años demostró carácter y talento, atrevimiento y personalidad. Fue el dueño de la pelota parada, tanto en jugadas de estrategia como en tiros libres directos. Ante la salida de Márquez, cuando quedó como delantero, no brilló tanto. También fueron interesantes los movimientos de Joshua Pérez por la banda derecha, especialmente en el primer tiempo. Y eso que solo tuvieron tres entrenamientos con el el resto del equipo.A la Selecta le costó recuperarse del golpe de los dos goles en tan poco tiempo, pero cuando lo hizo mostró sus buenas intenciones ante una defensa muy sólida como la canadiense. No es casualidad que El Salvador rematase 14 veces (8 de ellas a marco) contra 9 de su rival (5 a marco). Ante la imposibilidad de entrar con juego combinado, probaron de larga y media distancia con insistencia, y en más de una ocasión obligaron a esforzarse al portero Pantemis.

La posesión, aunque con leve superioridad, también perteneció al equipo nacional. Pero en el juego de ida y vuelta, con Canadá saliendo a la contra o presionando y robando en la salida, El Salvador algunas veces quedó expuesto e indefenso ante los contraataques del rival, sobre todo cuando en la recta final el equipo mutó a línea de tres. No fue suficiente con la energía de Marcelo Díaz ni el oficio de Alexis Montes, ni siquiera con la calidad indiscutible que mostró Dueñas para recuperarse de esos dos goles que cambiaron la dinámica del juego. Se necesita más contundencia, la misma que tuvo Canadá en sus primeras aproximaciones.
El próximo capítulo se escribirá el lunes 22 ante Honduras, que venció 3-0 a Haití en el primer juego de la jornada. La fe sigue intacta. Hay que ganar para seguir soñando con el boleto a Tokio.